sábado, 15 de enero de 2011

Si los nudos en la garganta pudieran hablar.

Ay, me haces tanta falta. Yo creía que no. Me hace falta hablar contigo pero la verdad no entiendo qué tipo de cariño o amor es el que te tengo o el que te tenía. Se me ocurre que me quedé pegada a un recuerdo distorsionado de una realidad perfecta inexistente. Los días tristes como hoy recuerdo las veces que nos reíamos, las celebraciones del mundial, cómo dormíamos de rico juntos, las largas conversaciones que no he vuelto a tener con nadie, las fumadas tranquilas. Se me olvidan los desplantes, la incomprensión, el maltrato intelectual que a veces sentía, las rabias, los celos que me daban. No ha sido fácil asimilar que lo que teníamos no era nada. Fueron 4 largos años interrumpidos de lo mismo. De estar ahí y de no estarlo. No se me ocurre peor inversión del tiempo que esa. ¿Entonces por qué hoy estoy pensando tanto en ti?. Quisiera un abrazo de horas, muy fuerte, un porrito y una hablada; pero no tengo ni lo uno ni lo otro.
Y creo que lo que sí tengo es uno de esos días mujeriles.

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